Un niño dijo que yo era una buena esposa. ¿Qué quieres decir?
Los antiguos decían: “Una buena esposa debe ser virtuosa”. Una esposa verdaderamente buena debe ser primero una persona de buen carácter moral, es decir, su carácter debe ser bueno. En segundo lugar, lo más importante es ser razonable y distinguir el bien del mal. Esto es muy crítico. El estado de ánimo y el comportamiento del marido se ven muy afectados por su esposa. Algunas esposas son irracionales, provocadoras, sarcásticas e irritantes a sus maridos. Su marido es impulsivo, emocional y se comporta de manera escandalosa. Algunas personas se disgustan y se pelean, lo que las hace infelices. Cuando el comportamiento se sale de control, es demasiado tarde para arrepentirse.