El consejo del adivino
El consejo de un adivino 1, El consejo de un adivino Un adivino sugiere no adivinar la fortuna con demasiada frecuencia, ya que esto facilitará la pérdida de peso, porque la adivinación es algo muy particular. Si husmeas en el destino, tendrás que pagar un precio determinado en consecuencia, normalmente a cambio de bendiciones. Por lo tanto, puedes contarlo de vez en cuando en la vida, pero no lo cuentes con frecuencia.
El adivino le aconsejó que no hiciera cosas que no quiere hacer por dinero. Como suele decir la gente, tomar dinero para eliminar desastres y cambiar el destino de los demás va en contra de la ley del cielo. No sólo daña la propia virtud, sino que también tiene efectos contraproducentes. Las personas que dominan la numerología deben recordar no ir en contra de la naturaleza.
2. Los adivinos no se atreven a predecir quién practica artes marciales, porque los adivinos miran la suerte de una persona, mientras que los practicantes de artes marciales son todos desordenados, lo que resulta en cálculos inexactos. El adivino de Dai Xiao no se atrevió a contar, porque el cuerpo femenino de Dai Xiao era demasiado pesado y toda su buena suerte desapareció. El adivino le aconsejará que regrese unos tres meses después de la expiración del período Dai Xiao.
3. El jingle de apertura del adivino El jingle de apertura del adivino es: fácil de viajar y fácil de recibir, rico en dinero y tesoros, muchas preocupaciones, la lámpara de arena frente a la puerta brilla alto y la bolsa vacía interior está llena de primavera y otoño. Lleva una flor en tu cabeza y florecerá todo el año. Cuando estaba a punto de florecer, los recolectores de flores no vinieron. Mi marido, mi esposa y mis hijos están indefensos y sólo pueden confiar en el voto del anciano. En sus últimos años, se sentían miserables en todas partes, a veces llorando y a veces riendo. Tú hablas hacia el este, él habla hacia el oeste, golpeas al perro, él regaña al pollo, tú recoges leña, él pesca, tú montas a caballo, él conduce el burro, tú pelas cebollas, él pela ajos, tú eliges melocotones, él recoge el arado, enciendes el fuego, Él y Mu se negaron a ceder el uno al otro. Estos son los jingles más habituales que escuchamos los adivinos en nuestro día a día.