El niño llamado Chen tiene una luz en medio de su nombre.
Como símbolo escrito, un nombre no puede determinar el destino de una persona como dicen algunos adivinos, pero encarna el espíritu de la historia y la cultura, la información de la época y la sociedad, y la herencia de la familia. La huella de la sangre encarna el profundo amor y las ardientes expectativas de los padres hacia sus hijos e implica diferentes ideales, ambiciones, intereses, pasatiempos y metas, y tiene un impacto enorme y sutil en la vida.