Recompensas y castigos
1. Venganza: Cuando los niños son castigados, algunos se vengarán. El niño pensará, si gano ahora, lo recuperaré más tarde. Esto es venganza.
2. Resentimiento: Los niños pensarán, esto es injusto y no podré confiar en los adultos en el futuro.
3. Rebelión: Los niños pensarán que les dejaré ver que puedo hacer lo que quiera.
4. Retirarse: El niño es astuto, no me atraparán la próxima vez, lo que baja mi autoestima.
El castigo no puede lograr el propósito de cultivar a los niños, y los niños no pueden aprender de él ninguna habilidad de calidad orientada al futuro. ¿Qué herramientas y métodos deberían utilizarse en lugar del castigo?
Fomente la disciplina positiva, que incluye comprender el propósito conductual detrás del comportamiento de su hijo, incluidas preguntas inspiradoras y reuniones familiares, en lugar de castigos:
Debemos decidir qué hacer nosotros mismos, no dejar que Nuestros hijos lo hacen. Establecer límites con tus hijos y respetarlos también es parte de ser firme.
Debemos decirles a nuestros hijos cómo nos sentimos, ocuparnos de nuestras propias necesidades, creer que los niños llegarán a ser ellos mismos y decirles que no puedo obligarte, necesito tu ayuda. Esta es la parte de estímulo: estar de acuerdo con su hijo y cumplirlo.
Practique los métodos que aprendió y vea cuál funciona mejor para usted.
Al utilizar recompensas, construyes una relación superior al hacer que tu hijo lo haga en lugar de hacerlo con él. Este tipo de recompensa resulta especialmente atractiva para los niños. Si se acepta este plan, el niño acepta ponerse en una posición humilde y renunciar a su autoestima y dignidad.
Entonces si el niño no está de acuerdo con este plan y mantiene su dignidad y autoestima, se perderá lo que le gusta. En ambos casos el niño no gana. No respeta a los adultos ni a los niños, razón por la cual las recompensas fracasan a largo plazo.
Para conseguir que los niños se porten bien se suelen utilizar recompensas o incentivos positivos en lugar de castigos. Algunos padres utilizarán tanto recompensas como castigos, y también distinguirán recompensas y castigos. Su objetivo es controlar desde fuera en lugar de centrarse en la enseñanza. Las recompensas y los castigos tienen que ver con demostrar y hacer todo lo posible para resolver los problemas.
Las recompensas y los castigos consisten en disponer que los niños lo hagan, que lo hagan por el niño, en lugar de hacerlo con el niño. No pueden alentar a los niños a aprender desde adentro, no pueden tener este impulso interno y no pueden enseñarles a cooperar para resolver problemas y aprender desde adentro. Este impulso y la capacidad del niño para trabajar juntos para resolver problemas.
Las recompensas y los castigos no ayudan al objetivo a largo plazo de educar a los niños. ¿Qué pasa si no hay recompensa ni castigo?
Debemos centrarnos en buscar soluciones con nuestros hijos, resolver problemas juntos, llegar a consensos y apegarnos a ellos, ser amables y firmes, para que los niños aprendan a contribuir a la familia.