El abuelo y la tía se pelearon por arroz gratis. ¿Por qué es tan fácil pelear por asuntos triviales?
Discutir es sin duda destructivo para el desarrollo de una relación. Mucho se ha dicho sobre sus peligros. En el lado positivo, una pelea es una forma intensa de comunicación, acompañada de intensos cambios de humor y recriminaciones. Los argumentos menores también pueden centrarse en asuntos específicos, mientras que los argumentos serios se han divorciado de la causa original y se reducen a recriminaciones. A veces, después de una pelea, me calmo, pienso en ello y olvido por qué nos peleamos.
Pero en esencia, una pelea es una forma de comunicación, que contiene la voluntad de ambas partes de mejorar la relación. Las discusiones tienen como objetivo llegar a un resultado acordado. Una cosa, tú tienes tu opinión, yo tengo la mía. Ambas partes esperan que la otra parte renuncie a sus propias opiniones y esté de acuerdo con sus propias opiniones. Ésta es la única forma de pelear. No importa nada, no haré ningún ruido, no me importa nada, simplemente me doy la vuelta y me voy sin hacer ruido. Lo más importante de una pelea es que crees que todo está bien para ti y quieres que la otra persona cambie por ti, pero tú no quieres cambiar por la otra persona. En el proceso de comunicación entre las dos partes, los factores verbales sólo representan el 30% de la cantidad de información. La mayor parte de la comunicación se produce fuera de las palabras, incluida la voz, la entonación, la velocidad, la actitud y la emoción. Generalmente pensamos que las cosas grandes son emociones grandes y las cosas pequeñas son emociones pequeñas. Cuando pierdes el control de tus emociones, lo mejor es estabilizarte y reducir los problemas innecesarios.