El joven Dr. Urbino hizo una gran contribución a la mejora del saneamiento y la infraestructura de la ciudad.
En aquella época, las condiciones sanitarias de la ciudad eran muy malas. Hace seis años una grave epidemia de cólera se cobró innumerables vidas.
El agua potable de la gente es agua de lluvia acumulada, que se almacena en tanques de agua de lluvia construidos por ellos mismos, convirtiéndose en una fuente de mosquitos y otras bacterias. No hay sistema de alcantarillado en toda la ciudad, sólo un enorme foso de aguas residuales, que también es un gran caldo de cultivo para las ratas. El mercado más grande se encuentra al otro lado de la bahía. La marea alta arrastra hasta la orilla toda la basura que la gente arroja al mar y la amontona en el suelo del mercado. Los mataderos vecinos también arrojan aquí despojos y heces de animales desechados, y todo el mercado está convertido en un montón de basura.
El conocimiento y la concienciación sobre la salud de la gente también son terriblemente ignorantes y atrasados. Muchos hombres padecen una hernia escrotal, pero incluso están orgullosos de ello. Cada verano caluroso, la gente se sienta en la puerta y abanica con orgullo su enorme escroto.
Urbino heredó la clínica de su padre y empezó a tratar a todos. Al mismo tiempo, haremos todo lo posible para mejorar las condiciones sanitarias y la infraestructura de la ciudad.