Mi pulgar es corto, grueso y plano, y toda la forma es como la cabeza de una serpiente. ¿Hay un viejo dicho? Siempre no quiero que otros lo vean por miedo a que se rían de mí.
No sé por qué siempre comparas tus “deficiencias” con las de los demás. Algunas personas que no tienen dedos o que están dañados sólo quieren tener un par de manos sanas.
Muestre algo de coraje y confianza y los demás poco a poco le aceptarán y respetarán.
Como yo, ¿qué me pasa? Sois vosotros, los espectadores, los que sois repugnantes. ¿Quieres que me cubra la cabeza? Si no te gusta, no lo veas.