Ayer fui a que me adivinaran el futuro con mis amigos. ¡La adivina dijo que mi vida era demasiado miserable y que estaba destinada a no tener nunca un buen matrimonio y a envejecer sola!
¿Qué hora es ahora? ¿Por qué todavía te importa esto? ¿Por qué no apretaste los puños y pediste adivinación ese día? Hoy me dices si debo golpearte el ojo izquierdo o el derecho. Si adivinaste correctamente, me diste dinero y luego cometiste un error y le diste una paliza, dejándolo sin palabras.
Quién conoce tu destino, mientras trabajes duro, definitivamente encontrarás tu propia felicidad.
Por último, ¡te deseo mucha suerte y que olvides las mentiras que no deberías haber escuchado! Si el adivino es realmente tan preciso, tendrá la oportunidad de calcularlo por ti, ¡jaja!