El proceso casero de caja ciega de ladrillos de cuco
Usa film y pegamento termofusible para hacer tarjetas. Si tiene polvo suelto, puede espolvorear un poco de polvo suelto sobre la película y espolvorear más pegamento termofusible.
2. Dobla la película por la mitad y busca una tapa para sujetarla.
3. El termofusible se utiliza para aumentar el grosor y la textura de la tarjeta. Una vez que el pegamento esté completamente seco, retira la tapa para evitar deformar la tarjeta. Dibuja un círculo en el cartón.
4. Recórtala y corta la tarjeta a lo largo del círculo. Puedes molerlo con un molinillo para que quede más redondo.
5. Luego utiliza un punzón y unas tijeras para hacer agujeros y utiliza un cúter para raspar el exceso de pegamento. Esta es la parte que mantiene el portabrocas en su lugar.
6. Utilice un palito de hilo dental para hacer un par de pinzas, corte las partes innecesarias, coloque un pequeño trozo de papel adhesivo termofusible, envuelva el área pegada y dibuje un juego de pequeños. pegatinas. Después de pintar, pegue cinta transparente en el frente y cinta de doble cara en la parte posterior, luego recórtela.
7. No deseches esta capa después de usar la pegatina. También se encuentran disponibles pegatinas caseras.
8. Por último haz una pequeña caja, recorta el dibujo, dóblala y pégala.
9. Decora la caja como quieras, eso es todo.
Definición de caja ciega:
Una caja ciega se refiere a una caja de juguetes en la que los consumidores no pueden conocer el estilo específico del producto de antemano y es aleatoria. Esta ópera de Teochew nacida en Japón originalmente se llamaba mini muñecos. Después de hacerse popular en Europa y Estados Unidos, pasó a llamarse caja ciega. Como juguete de moda, la caja ciega se ha introducido con precisión en el mercado de consumo joven.
La cultura de la caja ciega se originó en Estados Unidos y floreció en Japón. La llamada caja ciega, como su nombre indica, es una caja llena de lindos muñecos de varios estilos, pero la caja no indica cuál es. Su método limitado de marketing del hambre ha estimulado enormemente el deseo de los consumidores de comprar y recomprar.