¿El chisme realmente ayuda a fortalecer las relaciones?
Investigadores de la Universidad de Pavía reclutaron a 22 mujeres para cotillear sobre otras personas o sobre el tiempo. Se descubrió que cuando los voluntarios chismorreaban, sus cerebros liberaban más oxitocina. La oxitocina también se conoce como la "hormona del amor" y se produce al acariciar a su pareja y abrazar a su mascota.
Los investigadores también descubrieron que el efecto de los chismes sobre la secreción de oxitocina no se veía afectado por la personalidad de las personas. El periódico británico "Daily Mail" cita a investigadores que afirman que rasgos psicológicos como la empatía, el autismo y los celos no influyen en el aumento de los niveles de oxitocina durante los chismes. Los investigadores también creen que, desde una perspectiva evolutiva, los chismes desempeñan un papel al ayudar a establecer normas grupales, castigar a los infractores y desarrollar y fortalecer los vínculos sociales.