¿A qué debemos prestar atención con el hígado graso?
El hígado graso es causado por un trastorno del metabolismo de las grasas intrahepático, causado principalmente por obesidad, sobrenutrición, alcoholismo, diabetes, intoxicaciones por medicamentos, etc. Por ejemplo, durante el período de recuperación de los pacientes con hepatitis, el consumo excesivo de dulces puede aumentar la fuente de grasa en el hígado y causar disfunción grasa, lo que lleva al hígado graso. La dietoterapia juega un papel muy importante en el tratamiento del hígado graso.
Controlar la ingesta calórica
Los pacientes con enfermedad del hígado graso deben controlar estrictamente su ingesta calórica total para favorecer la oxidación y descomposición del exceso de grasa en el organismo, reduciendo así la acumulación de grasa en el hígado. Para controlar las calorías totales, reduzca principalmente la ingesta de grasas y carbohidratos. Las grasas deben controlarse entre 0,5 y 0,8 gramos por kilogramo de peso corporal por día, y los carbohidratos deben controlarse entre 2 y 4 gramos.
Aportar fosfolípidos y vitaminas adecuados
Los fosfolípidos son sustancias necesarias para el movimiento de la grasa en el hígado, por lo que se debe proporcionar al organismo abundantes fosfolípidos y materias primas para fabricar fosfolípidos. La carne de conejo, las gambas secas, las vieiras, el mijo, las semillas de sésamo, la coliflor, la colza, etc. contienen una gran cantidad de sustancias que el organismo puede convertir en fosfolípidos. Se debe aumentar la ingesta de los alimentos anteriores en la dieta.
Los pacientes con enfermedad del hígado graso deben comer más verduras y frutas frescas ricas en vitaminas.
Contraindicaciones y otras
Los pacientes con hígado graso deben abstenerse de consumir alcohol para evitar aumentar la carga sobre el hígado. Evite comer frutas ricas en carbohidratos y condimentos picantes irritantes. La ingesta de sal debe limitarse a 4 a 6 gramos por día para evitar un mayor agravamiento de la afección.
Además, para aliviar el hambre provocada por las restricciones dietéticas conviene elegir alimentos de gran tamaño y bajos en calorías. Como cereales integrales y verduras con bajo contenido en almidón.