La familia Moratti.
Gianmarco es el presidente y vicepresidente de la Federación Nacional Italiana de la Industria del Petróleo, y el presidente y presidente del Consorcio Salas Petroleum controlado por la familia Moratti. En términos de edad, es el miembro de mayor edad de la familia existente y el "líder" más alto de la familia, hablando con mayor autoridad. Gianmarco es reservado, cauteloso, no le gusta ser el centro de atención y no le gusta la vida de la clase alta. Tras la muerte de su padre Angelo en 1981, él y su hermano Massimo heredaron el negocio de su padre y los activos del Consorcio Salas se dividieron en partes iguales. Mi hermano Massimo es el director general del Consorcio Petrolero Salas y ayuda a mi hermano. Cualquiera que conozca a Gianmarco sabe que cree en la religión y es el tipo de persona estrictamente educada, muy ortodoxa y que sigue las reglas. No está ávido de fama y es muy pacífico con todo. Sin embargo, tiende a ser demasiado conservador y proteccionista, y se muestra escéptico ante cualquier novedad, lo que no se parece en nada al carácter italiano común. Gianmarco estuvo casado dos veces. Su ex esposa Lena Soltis es periodista. Tienen dos hijos: su hijo Angelo y su hija Francesca. Angelo, de 37 años, está casado con Roberta Armani, hija del destacado diseñador de moda italiano Armani. El matrimonio de los hijos de esta familia aristocrática fue ampliamente difundido por los medios locales, calificándolo de una verdadera "matrimonio bien emparejado". Cabe mencionar que la esposa de Gianmarco, Letizia Moratti. Es una mujer muy atractiva. Era directora de una compañía de seguros y presidenta de la empresa nacional de radio y televisión de Italia. Debido a su personalidad obstinada y resuelta, en Italia se la conoce como la "Dama de Hierro". En el actual gobierno de derecha italiano, volvió a ser apreciada por el Primer Ministro Silvio Berlusconi y fue nombrada Ministra de Educación.
Como dice el refrán, en casa todo va bien. La familia de Moratti se lleva bien. Siempre siguen esta regla: cualquiera puede usar sus propios talentos y hacer lo que quiera. El consorcio Salas, controlado por la familia Moratti, tiene aproximadamente 15.000 empleados y una facturación de 1,5 billones de liras. Están utilizando su sabiduría y fuerza para demostrar que se convertirán en una fuerza importante que no puede ser ignorada en la futura vida política y económica de Italia.