Las personas mayores suelen decir: "Los pobres no creen en el destino, los ricos no creen en fantasmas. ¿Por qué dices eso?"
Aunque la vida humana es muy larga, comparada con la historia, es mucho más sombría. Por ello, muchos de los textos dejados por nuestros antepasados son dignos de un estudio en profundidad. Los principios que aprendemos de ellos pueden ayudarle a evitar muchos desvíos. Hoy me gustaría presentarles tres proverbios de nuestros antepasados que explican plenamente la vida y comprenden la naturaleza humana.
"Los pobres no creen en el destino, los ricos no creen en fantasmas" suena un poco misterioso, pero la verdad es muy simple. No confíes en los adivinos cuando seas pobre, porque la mayoría de los adivinos no tienen base objetiva y te engañarán con tu dinero y te harán perder el tiempo. Los ricos no deberían creer en fantasmas ni dioses, y no deberían preocuparse todo el día, lo que afecta su vida normal. ¿No has visto que el antiguo emperador, como el hombre más rico del país, estaba preocupado por su vida todos los días? Claramente decía ser el emperador, pero quería hacer elixires y medicinas todo el día, y creía en fantasmas y dioses, pero al final terminó con un final trágico.
Como dice el refrán, si cruzas el puente, cruzas el puente, nunca serás pobre a menos que sigas rindiéndote al destino. Aunque no es realista decir que "el hombre puede conquistar la naturaleza", es una especie de creencia y hay que admitir que te aportará fuerza. Además, incluso si estás en peligro, no seas oportunista y hagas cosas ilegales. Esto sólo te meterá en problemas y lo hará más difícil.