Estos signos del zodíaco temblarán ante grandes eventos.
Tauro: Demasiado tímido El principio de Tauro es "Todo en el mundo no tiene nada que ver conmigo, solo quiero ser yo mismo". Este tipo de carácter honesto y responsable les imposibilita subir al escenario. Pueden manejar asuntos triviales y corrientes con calma y digerirlos poco a poco con una actitud armoniosa. Sin embargo, cuando sucede algo grande, Tauro se asustará hasta convertirse en una tortuga y se meterá en un caparazón duro para protegerse.
Géminis: Un pozo sin fondo de debilidad Géminis siempre está débil y muchas veces colapsa. No hay principios ni resultados finales en el ser humano. En cualquier ocasión y bajo cualquier circunstancia, siempre y cuando no perjudique excesivamente a tus propios intereses, no te importará en absoluto. Incluso si realmente tocas sus resultados, solo lo soportarás una y otra vez. Esto también refleja la debilidad de Géminis, que siempre no está dispuesto a enfrentar la crueldad del mundo real, siempre vive en su propio mundo y no está dispuesto a salir.
Libra: Los bebés que lloran son tan tímidos como los ratones. A los libra les gusta ser alegres y animados. Siempre muestra un lado fuerte y rebelde en su vida diaria, pero es una bebé tímida a la que le encanta llorar. Su personalidad "abusiva" innata los hace insostenibles cuando las cosas van mal. Esta maldita ternura siempre se muestra en los momentos críticos, y siempre quedan en desventaja a la hora de discutir con los demás. Incluso si estuviera lleno de agravios, no podría pronunciar una sola mala palabra. Se quedan sin palabras después de sufrir Coptis chinensis y no pueden aprender la crueldad y el dominio en absoluto.
Capricornio: Un típico Capricornio, gentil y humilde por fuera, pero arrogante y lleno de energía negativa en su corazón. A este hijo pródigo siempre le gusta provocar a los demás, pero nunca es responsable y no está dispuesto a arrastrar a Capricornio para que siga presumiendo. Todos desaparecieron. Además, nueve de cada diez Capricornio están en el mismo nido. Sólo se atreven a perder los estribos y desahogar su ira delante de familiares y amigos. Una vez afuera, serán intimidados como caquis marchitos.