Cuando creces, siempre te gusta recordar el pasado. ¿Recuerdas la pequeña nota que escribiste en la escuela secundaria?
Los buenos recuerdos son tesoros preciosos en el camino de la vida. Sólo quien los ha experimentado puede saber apreciarlos. A lo largo de mi carrera estudiantil, siempre esperé poder ingresar a la sociedad un día antes y creía que era ahí donde podía sacar lo mejor de mí mismo. Siempre he prestado poca atención a muchas cosas de la vida universitaria. Sin embargo, cuando realmente entré en la sociedad, descubrí que la belleza de la vida en el campus puede ser lo más preciado para una persona.
La gente siempre es así, siempre saben apreciar algo después de perderlo y siempre comprenden su belleza cuando no pueden disfrutarlo. La vida en el campus deja una profunda impresión en todos y esta impresión puede acompañarnos a lo largo de nuestras vidas. Ese período de amor ignorante, ese período de juventud impulsiva, ese período de recuerdos juveniles, todo parece ser adictivo.
Aún recuerdo la notita que escribí en el instituto, que era el último rastro de un amor ignorante. Como amante de las novelas, pasé la mayor parte de mis años de secundaria y preparatoria leyendo novelas. En ese momento tenía demasiada visión del futuro, pero era un poco ignorante sobre la vida. Recuerdo que en ese momento despreciaba un poco escribir notas pequeñas, pero a muchos compañeros a mi alrededor les gustó mucho.
Pero un día, mientras estaba recortando novelas en la clase de al lado, de repente vi una figura que me hizo querer acercarme, y de repente tuve el deseo de escribir una nota. Pero yo era un poco tímido en ese momento y siempre sentí miedo. Debido a este enredo, no leí la novela durante varios días. Más tarde, pedí consejo a mis compañeros de clase que a menudo escribían notas y escribí la primera nota pequeña de mi vida.
Para ser honesto, ahora no recuerdo exactamente qué estaba escrito en la nota. Sin embargo, todavía recuerdo la ansiedad y la emoción de entregar la pequeña nota. Todavía recuerdo el rostro sonrojado de la otra persona y su espalda. Hasta el día de hoy, a menudo puedo recordar esa escena en mi mente, pero desde entonces han sucedido muchas cosas que he olvidado.
Quizás esta sea la escena que me dejó una profunda impresión cuando era joven. Todavía extraño ese sentimiento de juventud muchos años después. Quizás siempre hay demasiadas experiencias en la vida, y cada etapa de la vida siempre dejará una huella en nosotros.
Los recuerdos siempre son sólo recuerdos, pero esta puede ser nuestra motivación para perseverar en determinados momentos.