Reflexiones sobre el capítulo 7 de "Robinson Crusoe"
Después de leer la maravillosa novela "Robinson Crusoe", una imagen alta siempre me llama la atención. Es el valiente explorador y navegante Robinson. Hizo realidad su sueño de navegar con su perseverancia indomable y su espíritu de nunca darse por vencido.
Me pareció ver a una persona así de pie en la cubierta del barco: renunció a su vida rica y cómoda, odiaba la vida mediocre y así comenzó un gran desafío de supervivencia de un duelo con la muerte. Todo tipo de desgracias y dificultades no aplastaron a Robinson, sino que lo hicieron más fuerte. ¡Las dificultades que Dios le dio a Robinson fueron aún más desafíos para él!
En la tormenta y el tsunami, todos los barcos excepto el Robinson sobrevivieron, ¡y el verdadero desafío de supervivencia acaba de comenzar!
Vagando por una isla aislada, con el fin de encontrar un lugar adecuado para vivir, corrió a la orilla durante un día y encontró refugio bajo una roca. Robinson instaló una tienda de campaña al pie de la montaña. Cuanto más grande fuera, mejor había varias estacas de madera para colgar la hamaca. Al día siguiente, amontonó todas las cajas, tablas y materiales para construir balsas en cercas temporales para las fortificaciones. Pero apenas diez días después, de repente se produjo un deslizamiento de tierra. Robinson no solo removió la tierra suelta caída, sino que también instaló un techo, sostenido por columnas debajo, evitando otro desastre por deslizamiento de tierra. Al no darse nunca por vencido, Robinson sentó las bases de la vida.
Una vez, a Robinson se le cayó accidentalmente la paja en un rincón y le salió un tallo verde. Pronto, crecieron docenas de espinas afiladas. Fue la bendición de Dios. Desde entonces, Robinson ha plantado la mitad de las semillas durante la temporada de lluvias para obtener más alimento. En el peor experimento, sólo se cosechó medio barril de cebada y arroz. Sin embargo, después de este experimento, Robinson se convirtió en un experto agrícola. Sabiendo cuándo sembrar, ahora sabe sembrar dos veces al año y cosechar dos veces. Nunca te rindas, Robinson tiene el alimento de la vida.
Robinson dedicó varios años e innumerables esfuerzos a construir un barco y regresar a casa. Sólo talar los árboles llevaría varios meses. Pero debido a una mala previsión, el barco estaba demasiado mar adentro y no pudo botarlo. Ahora, años de arduo trabajo han sido en vano y toda esperanza se ha esfumado. ¡Esa esperanza no volvió a surgir hasta el viernes!
Robinson era un gran hombre y un hombre decidido. Vivió solo en esta isla desierta durante 27 años. Se atrevió a luchar contra el duro entorno, trabajó duro y administró la isla de manera ordenada. Se formó en la adversidad y logró una carrera extraordinaria. Este libro nos enseña que sólo persistiendo podemos ganar y sólo trabajando duro podemos salir de los problemas. Es más importante el esfuerzo que la fe...
Mi vida también comenzará con este libro. ¡En el viaje de la vida, avanzaré con valentía y nunca me rendiré!