¿Por qué un monje puede conocer el destino de los demás?
La mayoría de los llamados monjes eminentes son estafadores, que engañan al dinero de forma menor y se engañan a sí mismos y a otros en un caso grave. Generalmente, las personas que tienen mala suerte acuden a un monje para disculparse. Los monjes vieron esto en la gente y usaron sus palabras y retórica para convencer a sus víctimas de lo que decían. Los llamados espectadores lo tienen claro, pero las autoridades están confundidas.
El destino, es decir, fatalidad y suerte, hace referencia a un patrón en el que se combinan números fijos y variables para llevar a cabo las cosas. La vida y la suerte son dos conceptos diferentes. El destino es un número fijo, que se refiere a un objeto específico; el transporte, como variable, se refiere a la transformación del tiempo y el espacio. La combinación del destino y la suerte es el proceso por el cual un objeto específico se transforma en el tiempo y el espacio. Cuando llega la suerte, el destino cambia.
Visión científica del destino
Los filósofos y pensadores de todo el mundo también tienen diferentes puntos de vista sobre el destino. Hace más de 2.000 años, los antiguos pensadores griegos y chinos ya habían formulado el concepto de destino. Por ejemplo, el confucianismo cree en la existencia del destino, por lo que Confucio propuso una vez la separación entre lealtad y destino. Una vez señaló que incluso si se esforzara por pedir a los príncipes y estados que respetaran la etiqueta de Zhou, aún podría verse afectado por el entorno objetivo y su misión no podría completarse.
Así que los confucianos creen en la existencia del destino. Por el contrario, tanto los mohistas como los legalistas se opusieron a la existencia del destino. Ambos creen que la pobreza, la riqueza y la felicidad de una persona están determinadas por los esfuerzos personales y la suerte, y que Dios no tiene la capacidad de determinar el destino. Por tanto, tanto el mohismo como el legalismo no están de acuerdo con la existencia del destino.