Adivina la constelación más confusa.
Tauro: Decir palabrotas
Tauro no es bueno hablando. Cuando discute con los demás, Tauro siempre pierde. No son buenos para expresar sus pensamientos internos. Incluso si toman la iniciativa, siempre son incapaces de organizar su propio lenguaje. Con el tiempo, Tauro se vuelve reticente a la hora de comunicarse con los demás. Además, también les preocupa ofender a las personas que los rodean debido a su escasa capacidad de expresión y su incapacidad para hablar, por lo que mientras no puedan hablar, no hablarán.
Cáncer: Demasiado retorcido.
Los cáncer siempre hablan de forma más reservada, principalmente porque son tímidos. No cuentan directamente a los demás sus pensamientos y emociones, prefiriendo guardarlos en sus corazones. Cáncer será feliz si alguien puede decir lo que piensa. Si no entienden, pueden frustrarse mucho. Cuanto más siento la pérdida, menos quiero decirla. Siempre es tímido y quiere que otros adivinen a los demás; de lo contrario, se sentirá infeliz.
Libra: Miedo a sentirse ofendido.
Libros prestan gran atención a las relaciones interpersonales que les rodean. Para no ofender a los demás, suelen decir tres tragos en el estómago. Expresan sus pensamientos con tacto. Si otros pueden apreciarlo, no lo forzarán. Saben que los problemas salen de su boca, por eso prestan atención a lo que pueden y no pueden decir. En este caso, a menudo dificultan la comunicación de los demás y no aportan ningún beneficio directo.
Acuario: Coopera contigo mismo.
En el mundo de Acuario, ellos son el centro del mundo y todos necesitan cooperar con ellos. Tienen muchas ideas para compartir con los demás, pero nunca están en la misma página. Una vez que no encuentren un punto de comunicación, Acuario comenzará a enfadarse. Pedirán a los demás que comprendan sus ideas, pero no todo el mundo tiene gusanos en el estómago. Entonces, termino sintiéndome infeliz con los demás todo el tiempo y sin poder comunicarme plenamente.
Lo que quiero decir es: si tienes alguna necesidad, simplemente dila. Y cuanto antes sea, menos probable será que se produzcan arrebatos emocionales, más precisos serán los hechos y más eficiente será la comunicación. Lo que hace que la gente adivine es que no es implícita ni la llamada belleza oriental, sino egoísta, demasiado egocéntrica y, hasta cierto punto, siempre piensas que los demás están obligados a realizar tus deseos.