¿Cómo murió Jesús?
Según la Biblia compilada por Orígenes en el siglo III d.C., Jesús fue arrestado por líderes religiosos judíos y autoridades romanas alrededor del año 30 d.C. y fue juzgado muchas veces. Jesús fue declarado culpable de blasfemia por primera vez en el juicio del Sanedrín judío (sumos sacerdotes y ancianos) y sentenciado a muerte.
Después de que Jesús fue arrestado, fue entregado al gobernador romano Pilato para ser juzgado. Aunque Pilato creía que Jesús no era culpable, bajo la presión de los judíos y las exigencias de la multitud, finalmente decidió azotar a Jesús y entregarlo a los soldados para humillarlo y perseguirlo.
Según la Biblia, después de que Jesús fuera azotado, fue obligado a cargar la cruz e ir al lugar donde fue ejecutado. Este proceso se llama "Jesús llevando la cruz" o "El camino difícil". Jesús fue llevado a un lugar llamado Gólgota, que en aquella época era el campo de ejecución pública de los prisioneros. Según la Biblia, Jesús fue crucificado con clavos en las muñecas y los tobillos. Este proceso se llama crucifixión, que en el cristianismo simboliza la muerte de Jesús por los pecados de la humanidad.
Las principales experiencias y propuestas de vida de Jesús;
Jesús nació en el año 4 a.C. o 3 a.C., en Belén, el actual Israel. Según la Biblia, María, la madre de Jesús, era una virgen que fue concebida según la revelación de Dios. El padre biológico de Jesús era Dios y, bajo la protección de la Virgen María, ella creció hasta convertirse en una salvadora y profeta universalmente aceptada. Como adulto, Jesús comenzó su servicio público, pronunciando discursos y sermones por toda Judea, enseñando a la gente las doctrinas de Dios y cómo obtener la aprobación de su Padre Celestial y la vida eterna.
Las enseñanzas de Jesús enfatizaron el amor y la bondad y llamaron a la compasión y el perdón. Reunieron a muchos seguidores y desafiaron la autoridad de la iglesia judía y los gobernantes romanos en ese momento. Jesús realizó muchos milagros, como curar a los enfermos, a los ciegos y a los sordos. Los milagros no sólo sirven como estructura de autoridad para Jesús sino que también prueban la autenticidad de Jesús.
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